Al llegar estas fechas es frecuente que nuestras plantas cambien de color. En principio no es preocupante, es solo la adaptación de la planta a las fuertes temperaturas y sobre todo a la alta radiación solar.
Hay tres efectos típicos del efecto solar en estas fechas:
- Deshidratación por calentamiento solar, es el que se aprecia en la fotografía, normalmente durante el día la planta pierde poco a poco agua de su superficie lo que produce que aparezcan pequeñas burbujas de aire que le dan este color más claro. Durante la noche el agua de la planta se reparte de nuevo y la planta recupera su color normal. En los casos más graves la planta pierde demasiada humedad y puede terminar muriendo.
- Amarilleo por desnaturalización de la clorofila, con las elevadas temperaturas, la clorofila se descompone, perdiendo su color verde y quedando la planta de color amarillo. En principio no es grave, cuando pasa el verano la planta recupera poco a poco su color natural. En los casos más graves se producen quemaduras que dejan cicatrices o incluso pueden matar a la planta.
- Calentamiento de las raíces. Ninguna planta está preparada para que sus raíces se recalienten, en la naturaleza, las raíces están profundamente enterradas y se mantienen siempre frescas, eso no ocurre en el cultivo en maceta donde en verano, la pequeña cantidad de tierra que contiene la maceta puede alcanzar altas temperaturas que queman las raíces. Este efecto se agrava si se riega en horas de más calor o si la maceta es muy pequeña. Suele producir la pérdida de eficiencia de las raíces o incluso la pérdida total de las mismas.
