Muchas de las especies de suculentas resultan muy atractivas para el comercio, desgraciadamente abundan los expoliadores sin escrúpulos que están dispuestos a esquilmar el hábitat de origen de las mismas. En otros casos la extrema pobreza de sus habitantes les empuja a su expolio como un recurso de supervivencia.
En la actualidad existe gran confusión en cuanto a los aspectos legales del cultivo, reproducción o simple tenencia de muchas especies vegetales. Estos aspectos están regulados por un sinfín de leyes y tratados internacionales que en muchos casos solo persiguen hacerse la foto y en casi todos los demás son simplemente incapaces de evitar el expolio y la destrucción de numerosas especies.
Por otra parte existe una tendencia a considerar a los amantes de las plantas como simples coleccionistas y por lo tanto depredadores y enemigos de la conservación, definición que nosotros no nos hemos encargado de desmentir ni con hechos ni con palabras.
Somos el único movimiento ecologista que se esconde de las autoridades situándose en la discreción e incluso en la clandestinidad por temor a represalias en forma de inspecciones, decomisos, multas, en definitiva a que nuestras queridas plantas terminen en manos de algunos jardines botánicos o en el peor de los casos pudriéndose en una oficina aduanera.
¿Hasta cuando estamos dispuestos a permitir que esto siga ocurriendo? Como yo lo veo en este momento están haciendo las cosas doblemente mal, por una parte son incapaces de defender la naturaleza contemplando con indiferencia la destrucción de hábitats tan valiosos como Madagascar o el centro de África mientras a nosotros nos persiguen por vender un simple asterias que resultaría evidente para cualquiera que ha sido cultivado en condiciones ajenas a la naturaleza.
Una buena actitud sería cumplir estrictamente la ley actual, lo que en todo caso limitaría mucho la actividad de los expoliadores en nuestro propio país al mismo tiempo que presionemos a las autoridades para una mejor racionalización de la ley mediante la adaptación a la realidad de nuestra afición y la creación de organismos internacionales orientados no al comercio sino a la preservación en si de las especies.
- Cites: Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres.
- Legislación Española sobre Especies Amenazadas.