Es uno de los fungicidas más antiguos y más eficaces que existen, además de tener una toxicidad limitada para las personas.
Conocido desde hace siglos, se ha venido empleando sobre todo en viticultura.
¿Quien no ha visto nunca un cactus pintado de azul? Los derivados del cobre, algunas veces combinados con otros elementos, son sin duda los más utilizados y conocidos dentro de los cultivadores. Su efecto más preventivo que curativo, tiene la gran ventaja de ser muy persistente. Solo tiene un gran inconveniente, puede teñir nuestras plantas algunas veces durante años.
Existen diversas fórmulas con base al cobre. En todos los casos se pretende mejorar su adherencia a la planta, la persistencia del efecto o completar su efecto preventivo con algún efecto curativo. Estas son las más conocidas:
- Caldo Bordelés: CuSO4.3Cu(OH)2 + 3CaSO4.Quizás el más clásico de todos. Tiene la gran ventaja de ser mucho más persistente una vez aplicado. También se obtiene un rendimiento mejor del cobre. Se prepara mezclando cal viva con sulfato de cobre, normalmente una disolución de sulfato de cobre que se mezcla con una suspensión de cal. 1 Kg de CuSO4.5H2O en 90 litros de agua + Lechada de cal al 10% : 1 Kg de CaO en 10 litros de agua. Existen formulas ya unificadas solo para disolver en agua.
- Sulfatos y Oxicloruros de Cobre. CuCl2.3Cu(OH)2. Rara vez se utilizan puros. tiene un gran efecto preventivo, pero un moderado efecto curativo. Su persistencia es buena, aunque inferior a la del Caldo Bordelés.
- Oxicloruros de Cobre + Mancoceb.Es sin duda el compuesto más utilizado. Resulta muy económico y en el se complementan los efectos preventivos del cobre con los curativos del mancoceb. Es ideal como protector de nuestras colecciones. Eso si, tiene un importante efecto secundario. Tiñe las plantas de azul. Este efecto no es importante en cultivos como el Olivo, pero en muchos cactus tienden a teñirse las areolas y a permanecer teñidas durante años.